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domingo, 15 de julio de 2012


La imagen del doble en Aura de Carlos Fuentes



            Aura es una novela corta macabra y perfectamente elaborada por Carlos Fuentes en la cual penetra una percepción de lo dual en los personajes de Doña Consuelo y Aura como un elemento fantasmal. Los encuentros amorosos y carnales entre los personajes principales de la obra, Aura y Felipe Montero sólo se van a realizar por el juego tenebroso de la doble apariencia de Doña Consuelo. Siendo Aura el otro yo, constituye la clave para descubrir su presencia en la historia. Dentro de las distintas caracterizaciones que se hacen de ella son las de Felipe Montero y Federico Llorente, bajo el narrador en 2da persona.
            La idea de la doble identidad pareciera crear en la obra un clima de incertidumbre en saber verdaderamente quién es Aura y cuál era su relación con Consuelo ya que el ambiente se muestra confuso por elementos funestos, oscuros que no dejan apreciar de manera clara los rasgos que pudiesen caracterizar a los personajes anteriormente mencionados. Aura primeramente nos la muestra el narrador como una pariente de la Sr. Consuelo que la ayudaba con las labores del hogar y que poseían características idénticas, ambas tenían los ojos verdes con la misma intensidad al igual que el vestido verde que la vieja usaba de joven, incluso hacían los mismos movimientos como si fuera una el reflejo de la otra en distintas edades. Luego Felipe Montero la describe como una mujer sumamente bella, cabizbaja y a la vez monótona que no se deja ver totalmente en la oscuridad de la noche. Sin embargo, anunciaba que su carácter se diferenciaba entre el día y la noche. En la noche era una mujer atrevida, arriesgada, oculta y con aras de corresponderle en amor, pero en el día parecía un alma en pena, no reconocía su presencia ni respondía a sus preguntas, era una mujer indiferente. Y desde la lectura que hacía Felipe de las cartas que dejó el difunto esposo de Consuelo, el militar Federico Llorente, sobre cómo era su esposa de joven y su relación se puede ir engranando la vinculación con Aura, pues, es a través de sus informaciones que se va descubriendo que de acuerdo a las características físicas e intenciones, Aura y Consuelo eran la misma persona.
            A medida que vamos adentrándonos en la lectura el narrador relata el momento cumbre de la historia, la encarnación del joven espíritu de Consuelo en Aura por medio de rezos a fuerzas diabólicas que ya Federico nos había asomado. Así la actividad que realizaba la Sr. Consuelo durante el día era el rezo que, incluso tenía la modalidad de ser desgarradores porque “hasta se arrancaba las carnes”.  Ya al final de la novela cuando Felipe piensa que está haciendo el amor con Aura la mira con la luz de la luna y se da cuenta que es la vieja Consuelo, que siempre había sido ella y es cuando relaciona la explicación que había leído en las cartas acerca del empeño en volver a ser joven y bella. Allí ella lo sumerge en su mundo fantasmal diciéndole que tendrá que esperar a que tenga más fuerza para devolver a Aura del más allá.
            A partir de todos estos datos que va proporcionando el narrador para focalizar su relato deja la impresión que con esta dualidad el personaje lo que está manifestando es el tránsito del tiempo como el motivo que desencadena en ella un estado de inconformidad ante la vida que vivió.  Por esta razón, las acciones giran en torno a los deseos de devolver el tiempo con el objeto de ser hermosa, joven y fértil para procrear. Punto que me remite a inferir que los encuentros sexuales eran producto de las intenciones de Consuelo por tener un hijo.
               Desde la perspectiva global de la historia, el espíritu de Consuelo, Aura, representa o simboliza el pasado, la juventud, la fogosidad, la hermosura, el tiempo estático y el deseo de cambios en el futuro. De modo que la idea de lo dual reside en vivir una experiencia que anteriormente no se pudo realizar y que en el presente tienen una carga en la vida del individuo que por su condición de humano no puede solventar, las fuerzas superiores sí lo pudieran hacer.

El barroco en “El reino de este mundo”




Caracas, abril de 2012
El barroco en El reino de este mundo

            El barroco como movimiento artístico literario que se manifestó a mediados del siglo XVII en Hispanoamérica adoptó de España ciertas influencias que, situadas en continente americano tomó un aspecto idiosincrático que define la identidad del ser latinoamericano.
            El barroco hispanoamericano se va a desarrollar según Diez Echarrri, E y Roca Franquesa, J.M (1960) en la narrativa y en la poesía bajo “la expresión subjetiva de un individuo que es estimulado por la vida y la naturaleza”. Esta noción del barroco en Hispanoamérica va a desplazar las producciones de crónicas y relatos que dan a conocer las hazañas de nuestros conquistadores que hasta entonces se estaban generando.  Tal es el caso de Alejo Carpentier quien en su obra El reino de este mundo plantea la visión del mundo haitiano.
            El barroco para Carpentier parte de la manifestación de la realidad histórica y sociocultural bajo un esteticismo extraordinario. Por tal razón, él mismo denomina su obra dentro de la concepción de lo real maravilloso al abordar nuestra realidad cultural.
            Entonces, según Carpentier, como el barroco aborda nuestra realidad cultural, Fernando Burgos (1984) afirma que la manifestación de la realidad cultural en Hispanoamérica va a desempeñar una constante en el devenir de los tiempos o épocas, señalando las transformaciones que se producen en la sociedad. Por ello, anuncia el carácter cíclico que  ofrece una visión de conjunto cuyo punto expansivo hacia otro ciclo es la interpretación, interacción y participación del lector como vuelta al goce.
             Esta visión cíclica de conjunto se expresa para Carpentier por medio del viaje en el plano artístico y en el experiencial. En el plano artístico, la narración proyecta el desplazamiento de una búsqueda en varias dimensiones temporales. Así, en el “Reino de este mundo” se describen los tres momentos históricos que padeció el pueblo de Haití en sus distintas manifestaciones de gobiernos; “amos blancos, amos negros y amos mulatos”. Este paso por distintas etapas de la historia de Haití hace perder la importancia del funcionamiento lineal del tiempo, pues, ya el mismo personaje Ti Noel va a representar toda situación espacial, como lo ilustra la siguiente cita:
 Se sintió viejo de siglos incontables. Un cansancio cósmico, de planeta cargado de piedras, caía sobre sus hombros descarnados por tantos golpes, sudores y rebeldías. Ti Nohel había gastado su herencia y, a pesar de haber llegado a la última miseria, dejaba la misma herencia recibida. Era un cuerpo de carne transcurrida. Carpentier, A. (2005). p.158
                El tiempo transcurre en Ti Nohel en esos tres momentos por los cuales pasó en el desarrollo de la historia ; en golpes, sudores y rebeldías. Es decir, en la dominación, en el esclavismo y en las rebeliones que él por influencia de Mackandal había iniciado en las distintas monarquías.
            En el plano experiencial, se sitúa ese proceso del escritor cubano que adquiere en su formación como artista. Es aquí donde incluye la investigación de todos esos rasgos característicos inherentes a la isla de Santo Domingo; nombres de calles, personajes, documentación mitológica que se adjudicara a los acontecimientos reales de esa isla, documentación de las influencias de la Revolución Francesa en los ideales de los personajes para obtener una visión totalizadora de El reino de este mundo. De esta forma se puede apreciar que  el El Cabo Fracés, lugar donde se situaba la hacienda de Monsieur Lenormad de Mezy, es un monumento natural de esa isla; Bockman era un esclavo que traía información de Francia sobre la declaración de los derechos del hombre; Mackandal  liderizó la rebelión contra los colonos blancos y su figura representaba la fe colectiva que se le tenía a la libertad; Henry Cristopher era un esclavo liberado que participó por la lucha haitiana, por la lucha de independencia y que luego se proclama rey de la mitad de la isla, estableció la monarquía feudalista, la ley Sálica (no permitía dar poder a las mujeres ni a sus hermanas) y su constitución mitológica.
            El establecimiento de la mitología haitiana hecha por el monarca Hernry Cristopher y por los esclavos recién llegados de otros países, pareciera ser el punto clave que deja comprender la visión vudista africana y su incidencia en la revolución contra los blancos:
 Un día daría la señal del gran levantamiento, y los Señores de Allá, encabezados por Damballah, por el Amo de los Caminos y por Hogún de los Hierros, traerían el rayo y el trueno, para desencadenar el ciclón que completaría la obra de los hombres. Carpentier, A. (2005). p. 45.
                De modo que la religión Vudú y todos aquellos datos referidos anteriormente rebelan la realidad cultural de Haití, descritos desde el plano narrativo y experiencial del autor.  Este hecho va a permitir que la obra sea considerada como manifestación del barroco hispanoamericano, realzando la visión de América y, reconociéndonos ante el mundo.

Fuente: 
Burgos, F. (1984). La elección barroca en la obra de Carpentier. Escritura, IX. 17-18. Caracas.
Diez Echarrri, E y Roca Franquesa, J.M. (1960). Historia general de la literatura española e hispanoamericana. Edit. Aguilar. Mdrid.









Construcción de un diálogo teatral a partir de la obra Mariano Azuela



Personajes:
Pancho Villa
Demetrio Macías
Hombre
El güero Margarito
Muerte en El Parral
 (En un viaje impulsado por Luis Cervantes hacia Chihuahua, Demetrio Macías se alía con el general villista Natera. Y éste le presenta a Pancho Villa.)

Pancho Villa: Ya sé a lo que viene usted a esta fiesta familiar (asentó con crudeza, rascándose la barba). He oído mucho de uste compadre, en Fresnillo, en su lucha contra los federales.

Demetrio: Sí, pos me levanté por puritita casualidad, fue el curro Luis cervantes quien me animó a venir a su fiesta… (Interrumpe la conversación y le grita al cantinero) ¡Tráigame dos botellas de tequilas, una para mí y otra para mi general Villa!... (continúa) sólo me gané de enemigo a la Federación por no dejarme de don Mónico.

Pancho Villa: ¡Ah! ¡Es usted muy lanza! (sonriendo y palmeándole la espalda. Se toma un trago de tequila) ellos también me persiguieron pero por robarme un ganao… Pero dígame algo ¿se va a sumar a nuestro lado?

Demetrio: ¿Cuál lado? (preguntó encogiendo los hombros)

Pancho Villa: ¿De cuál más va a hacer? Del mío… mire déjeme y le cuento algo… yo luché contra el tirano Porfirio Díaz con ayuda de Madero, robando a los ricos para dárselo a los pobres. Luego que murió Madero, me jui en contra de Victoriano Huerta porque buscaba eliminarme por eso me alié con Carranza para combatir su gobierno. Tomamos gracias a la Santa Cruz la ciudad Juárez. Pero muy pronto cegado por méndiga ambición se jue por el mal camino. Ahora estoy junto con Emiliano Zapata quien lucha por los derechos del pobre, como nosotros.

Demetrio: ¡Compadre uste como sí hace bien las cosas… eso sí es de hombres! ¿Cómo no me voy a pegar a su causa? Usted manda, mis compañeros y yo estamos para servirle. (Se estrecharon las manos y se bebieron otro trago).

(Del otro lado de la mesa estaba Natera, Anastacio, Venancio y el Güero Margarito con alto grado de aguardiente en la cabeza)

El güero Margarito: miren a ese… ¡up! Pobre hombre que se acerca, parece como si algo le juera sucedido algo.

Hombre: Oigan, buenos señores me han robado en mi casa. ¿Ustedes me pueden ayudar a recuperar mis cosas?

El güero Margarito: ¡Ah! ¿Te… ¡up!.. Robaron?  (Responde con hipo) ¡ja, ja, ja, ¡up! Ja, ja, ja ¿y qué quieres tú que haga yo?... ¡mejor vete antes de que te caiga a balazos!

Hombre: Pero, pero señor yo necesito darle de comer a mi mujer y a mi hijo…

El güero Margarito: (Con la pistola en la mano, le da un disparo al hombre que lo hace caer al suelo) Yo se lo dije (se rió a carcajadas).

(Todos los que estaban en el bar saltaron del susto al escuchar el disparo y empezaron las peleas entre ellos).

Pancho Villa: Esto jue una emboscada de esos perros… Pero usted debe controlar a esos compañeros suyos porque le dispararon a ese pobre pelao… mire que eso no es de hombres y menos de la Revolución. (Se lo advirtió muy molesto)

Demetrio: ¡Deje de hablar hombre, que ahí están esas desgraciados carrancistas apuntándonos!

 Pancho Villa:  Este es nuestro fin… seré reconocido como el “Centauro del Norte”.
                                                                                                                   Autora: Mary Bracho

miércoles, 11 de julio de 2012

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