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domingo, 15 de julio de 2012

El barroco en “El reino de este mundo”




Caracas, abril de 2012
El barroco en El reino de este mundo

            El barroco como movimiento artístico literario que se manifestó a mediados del siglo XVII en Hispanoamérica adoptó de España ciertas influencias que, situadas en continente americano tomó un aspecto idiosincrático que define la identidad del ser latinoamericano.
            El barroco hispanoamericano se va a desarrollar según Diez Echarrri, E y Roca Franquesa, J.M (1960) en la narrativa y en la poesía bajo “la expresión subjetiva de un individuo que es estimulado por la vida y la naturaleza”. Esta noción del barroco en Hispanoamérica va a desplazar las producciones de crónicas y relatos que dan a conocer las hazañas de nuestros conquistadores que hasta entonces se estaban generando.  Tal es el caso de Alejo Carpentier quien en su obra El reino de este mundo plantea la visión del mundo haitiano.
            El barroco para Carpentier parte de la manifestación de la realidad histórica y sociocultural bajo un esteticismo extraordinario. Por tal razón, él mismo denomina su obra dentro de la concepción de lo real maravilloso al abordar nuestra realidad cultural.
            Entonces, según Carpentier, como el barroco aborda nuestra realidad cultural, Fernando Burgos (1984) afirma que la manifestación de la realidad cultural en Hispanoamérica va a desempeñar una constante en el devenir de los tiempos o épocas, señalando las transformaciones que se producen en la sociedad. Por ello, anuncia el carácter cíclico que  ofrece una visión de conjunto cuyo punto expansivo hacia otro ciclo es la interpretación, interacción y participación del lector como vuelta al goce.
             Esta visión cíclica de conjunto se expresa para Carpentier por medio del viaje en el plano artístico y en el experiencial. En el plano artístico, la narración proyecta el desplazamiento de una búsqueda en varias dimensiones temporales. Así, en el “Reino de este mundo” se describen los tres momentos históricos que padeció el pueblo de Haití en sus distintas manifestaciones de gobiernos; “amos blancos, amos negros y amos mulatos”. Este paso por distintas etapas de la historia de Haití hace perder la importancia del funcionamiento lineal del tiempo, pues, ya el mismo personaje Ti Noel va a representar toda situación espacial, como lo ilustra la siguiente cita:
 Se sintió viejo de siglos incontables. Un cansancio cósmico, de planeta cargado de piedras, caía sobre sus hombros descarnados por tantos golpes, sudores y rebeldías. Ti Nohel había gastado su herencia y, a pesar de haber llegado a la última miseria, dejaba la misma herencia recibida. Era un cuerpo de carne transcurrida. Carpentier, A. (2005). p.158
                El tiempo transcurre en Ti Nohel en esos tres momentos por los cuales pasó en el desarrollo de la historia ; en golpes, sudores y rebeldías. Es decir, en la dominación, en el esclavismo y en las rebeliones que él por influencia de Mackandal había iniciado en las distintas monarquías.
            En el plano experiencial, se sitúa ese proceso del escritor cubano que adquiere en su formación como artista. Es aquí donde incluye la investigación de todos esos rasgos característicos inherentes a la isla de Santo Domingo; nombres de calles, personajes, documentación mitológica que se adjudicara a los acontecimientos reales de esa isla, documentación de las influencias de la Revolución Francesa en los ideales de los personajes para obtener una visión totalizadora de El reino de este mundo. De esta forma se puede apreciar que  el El Cabo Fracés, lugar donde se situaba la hacienda de Monsieur Lenormad de Mezy, es un monumento natural de esa isla; Bockman era un esclavo que traía información de Francia sobre la declaración de los derechos del hombre; Mackandal  liderizó la rebelión contra los colonos blancos y su figura representaba la fe colectiva que se le tenía a la libertad; Henry Cristopher era un esclavo liberado que participó por la lucha haitiana, por la lucha de independencia y que luego se proclama rey de la mitad de la isla, estableció la monarquía feudalista, la ley Sálica (no permitía dar poder a las mujeres ni a sus hermanas) y su constitución mitológica.
            El establecimiento de la mitología haitiana hecha por el monarca Hernry Cristopher y por los esclavos recién llegados de otros países, pareciera ser el punto clave que deja comprender la visión vudista africana y su incidencia en la revolución contra los blancos:
 Un día daría la señal del gran levantamiento, y los Señores de Allá, encabezados por Damballah, por el Amo de los Caminos y por Hogún de los Hierros, traerían el rayo y el trueno, para desencadenar el ciclón que completaría la obra de los hombres. Carpentier, A. (2005). p. 45.
                De modo que la religión Vudú y todos aquellos datos referidos anteriormente rebelan la realidad cultural de Haití, descritos desde el plano narrativo y experiencial del autor.  Este hecho va a permitir que la obra sea considerada como manifestación del barroco hispanoamericano, realzando la visión de América y, reconociéndonos ante el mundo.

Fuente: 
Burgos, F. (1984). La elección barroca en la obra de Carpentier. Escritura, IX. 17-18. Caracas.
Diez Echarrri, E y Roca Franquesa, J.M. (1960). Historia general de la literatura española e hispanoamericana. Edit. Aguilar. Mdrid.









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